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Un Magistrado es una figura importante dentro del poder judicial. Según la Real Academia Española (RAE), magistrado es un miembro de la carrera judicial con categoría superior a la de juez.
Es denominado así a todo juez que, de acuerdo a su antigüedad en el órgano colegiado o tribunal, posee plenitud de jurisdicción y en sus sentencias. En consecuencia, la función de un magistrado es la de impartir juzgando y realizando lo ejecutado.
Requisitos para ser un magistrado del Tribunal Supremo
Para llegar a la categoría de magistrado, se debe llevar a cabo la superación de un concurso entre juristas de reconocida trayectoria, y con más de diez años de ejercicio profesional, y por supuesto, una adecuada formación en la Escuela Judicial.
Además de su formación y años de antigüedad, cuenta el conocimiento del idioma regional y/o del derecho foral de la zona o la especialización en una u otra materia.
Sin embargo, es importante considerar que no todos los destinos judiciales son accesibles por concurso de antigüedad. Existen muchos destinos que son cargos de elección discrecional por el Consejo General del Poder Judicial, como es el caso de los magistrados del Tribunal Supremo y los servicios especiales y comisiones de servicio, ya que en situaciones prevalecen méritos objetivos, y otras, esos mismos méritos no son tomados en consideración.
Diferencia entre un juez y un magistrado en España
En España, existen marcadas diferencias entre juez y magistrado. En este sentido, para ser juez se requiere ser licenciado en derecho y pasar una fuerte oposición de 350 temas memorizados. Posterior a esta prueba, los elegidos deben pasar por la Escuela Judicial en Barcelona durante 2 años.
- En lo referente al tránsito de juez a magistrado, se asciende durante la vida profesional, superando pruebas selectivas exclusivas para jueces, que otorgan esta condición, o por antigüedad, o lo que es lo mismo, por tiempo de servicio activo.
- Para llegar a la categoría de magistrado del Tribunal Supremo, éstos deben ser electos por el Consejo General del Poder Judicial (órgano de gobierno de los jueces), partiendo de un concurso de méritos al que sólo se pueden presentar magistrados con 15 o más años de ejercicio profesional.
- Otra diferencia se deja ver es la vestimenta. Aunque todos utilizan toga, los magistrados llevan puñetas en las mangas, mientras que los jueces no.
- Los magistrados lucen una insignia dorada, mientras que los jueces la usan plateada.
- En cuanto al tratamiento o forma de llamarlos, mientras que a los jueces se les llama señoría, a los magistrados se les trata como ilustrísima señoría.
Magistrados del tribunal constitucional en España
El ser Magistrado Constitucional obedece a un protocolo que se debe seguir para poder cumplir tan importante función de conformidad con lo establecido en la ley. Por tal motivo, se detalla a continuación dicho procedimiento:
Su nombramiento se hace entre ciudadanos españoles que sean magistrados, fiscales, abogados, profesores de universidad de reconocida trayectoria y con ejercicio profesional de quince años o en activo en esa función.
La designación como Magistrado del Tribunal Constitucional obedece a un periodo de 9 años, renovándose por terceras partes cada 3 años. No puede ser propuesto un mismo magistrado para un periodo inmediato, a menos que, su permanencia en dicha función sea inferior a 3 años.
El cargo de Magistrado Constitucional es incompatible con:
- Defensor del pueblo
- Diputado o Senador
- Cualquier cargo político o administrativo del Estado, Comunidades Autónomas, Provincias u otras entidades locales
- Cualquier actividad propia de la carrera fiscal o judicial
- Desempeño de funciones directivas en partidos políticos, sindicatos, asociaciones, fundaciones, colegios profesionales, etc.
- Desempeño de actividades profesionales o mercantiles
Es importante denotar que cesan sus funciones por renuncia aceptada por el Presidente del Tribunal, expiración del plazo de su nombramiento, por causa de la incapacidad de las previstas por el Poder Judicial, por incompatibilidad sobrevenida, por violación a la reserva propia de su función o por haber sido declarado como responsable civilmente por dolo o condenado por delito doloso o por culpa grave, entre otras.
En este sentido, los Magistrados del Tribunal Constitucional deben ejercer su función de conformidad con los principios de imparcialidad y dignidad propia a la misma; no pueden ser perseguidos por criterios expresados en ejercicio de sus funciones; son inamovibles y no pueden ser destituidos o suspendidos a menos que sea una de las causas referidas anteriormente.
Magistrados eméritos del tribunal supremo
La figura de magistrado emérito fue creada por el legislador en el año 2004, para ejercer plena autoridad en el Alto Tribunal, en igualdad con los demás miembros de la institución, como necesidades de refuerzo, así lo solicite o requiera la Sala correspondiente, una vez que éstos lleguen a la edad de jubilación.
En este sentido, tanto el Consejo General del Poder Judicial como la Sala Tercera del Tribunal Supremo, han considerado importante la voluntad del magistrado de continuar como emérito, esto es debido a que una vez cumplidos los demás requerimientos, su nombramiento será definitivo hasta que cumplan los 75 años de edad.
¿Qué son los magistrados ponentes?
Se denomina como Magistrado Ponente al miembro del órgano jurisdiccional colegiado que se encarga de realizar las gestiones directas relacionadas con el pleito.
En otras palabras, tiene la función de la redacción de las resoluciones del Tribunal cuando su voto sea conforme a lo acordado, pronunciar en audiencia pública la sentencia, examinará las pruebas propuestas, además de informar sobre su pertinencia, presidirá la práctica de aquellas y velará porque se sigan los trámites legales.
Es importante destacar que la designación del Magistrado ponente se hace para cada pleito, en la primera resolución que se dicte en el proceso.
¿Cómo ser magistrado del tribunal supremo?
Para optar a Magistrado del Tribunal Supremo, se deben seguir los mecanismos establecidos por la Ley Orgánica del Poder Judicial, los cuales son fundamentados en los artículos 343, 344 y 345:
Cuatro de cada cinco plazas de magistrados del Tribunal Supremo serán para magistrados con diez años en el cargo y al menos 15 en la carrera judicial. Dos de ellas se regirán por pruebas selectivas o de especialización (selectivas en civil y penal, especialización en contencioso y social), y las otras dos plazas serán seleccionadas por el criterio escalafonal.
Entre tanto, la otra plaza se designará para juristas de reconocida trayectoria, con suficientes méritos a juicio del CGPJ y más de quince años de carrera profesional.